«El pan es pan para el cuerpo, las voces son pan para el alma»
«La repartidora de pan» es una historia sobre el viaje y la búsqueda que debemos hacer para encontrarnos a nosotros mismos y a los demás. El magistral texto de Peter Svetina cuenta la historia de la mayoría de edad de Jan y María, con extraordinarias ilustraciones del ilustrador vasco Jokin Mitxelena.
Esta obra conecta el mundo tangible de lo cotidiano con la sutileza de las necesidades emocionales. En ella, Svetina nos muestra, mediante el personaje central, el acto de dar y recibir pan, durante el cual también se comparten experiencias y emociones. La repartidora de pan representa la conexión social, un vínculo que va más allá de la simple entrega de comida: lleva también la palabra, compañía y conversaciones que nutren el espíritu. En cada encuentro, cada palabra intercambiada, ella proporciona algo más profundo: representa «las voces» compartidas en familia, en su entorno, y en el vínculo con la vida.
Este enfoque convierte «La repartidora de pan» en un relato que invita a reflexionar sobre nuestras propias vidas. Nos recuerda que en un mundo que a veces parece moverse demasiado rápido, necesitamos algo más que las necesidades básicas; necesitamos vínculos y momentos de intercambio que nos hagan sentir vistos y comprendidos. La voz de Svetina, en cada página, nos anima a recordar la importancia de escuchar y de ofrecer una palabra amable. Así, esta obra se convierte en un recordatorio de que tan esencial como el pan de cada día resulta esencial alimentar el alma.
Las voces que encontró papá -explicó María-. Y las voces que antes había encontrado el abuelo. Los dos solían decir: «El cuerpo necesita pan; el alma, en cambio, voces». Siempre estaban ahí cuando amasaban el pan. Pero no sé si el pan es mejor por ello, porque solo conozco este. […]
«La repartidora de pan» de peter svetina
Os dejamos algunas de las imágenes de nuestras actividades entorno a la lectura de esta obra.
Cienlee 